Propósito de año nuevo
Para convertirse en filósofo uno debe andar despacio. Nassim Nicholas Taleb.
Concluye 2020 y quiero dar las gracias a Nassim Nicholas Taleb.
Encontré Antifrágil por accidente, buscando una novela en un aeropuerto. Después de leer la primera página («El viento apaga una vela y aviva el fuego») decidí comprarlo. El encuentro fortuito con el libanés cambió mi vida. Desde ese día sigo la filosofía del caos con devoción, como Mitt Romney lee el libro de Mormón. Con El lecho de Procusto en mi mesita de noche, recito versículos de madrugada. Ya no temo una incertidumbre que, como el viento de la tormenta, puede ser enemiga o aliada. Tampoco el inevitable conflicto, que valida las preferencias y fortalece el espíritu. Antifrágil es mi manual para pelear y prosperar en un mundo que no entiendo, sagradas escrituras de la opcionalidad, decidir a posteriori desde posición que te jodan. Si en tiempos de crédito barato pierdo la fe, con la tentación de hipotecarme por un adosado en las afueras, escucho una dulce voz en mi corazón: «Caerá Ozymandias, prevalecerá el pequeño». Abraza el caos. El señor no te abandona.
Gameplan
Taleb construiría en 1987 este magnífico plan de carrera:
Organicé mi agenda para cubrir el trabajo de forma mínima pero intensa (y entretenida), centrarme en los aspectos técnicos, no asistir a reuniones, evitar la compañía de triunfadores y gente trajeada que no lee libros, tomarme un año sabático por cada tres de trabajo, rellenando lagunas en mi cultura científica y filosófica. Quería convertirme en un flâneur, en un pensador profesional, sentarme en los cafés, descansar, nunca pegado al escritorio o a una estructura organizativa, dormir todo lo que necesitara, leer vorazmente, no deberle una sola explicación a nadie. Quería que me dejaran en paz para construir, paso a paso, un sistema de pensamiento alrededor de mi idea del Cisne Negro.
La mayoría de sucesos que crees aleatorios están bajo tu control.
La mayoría de sucesos que crees bajo tu control son aleatorios.
Taleb alcanzaría el éxito con la colección Incerto.
Mi propósito de año nuevo: libertad para explorar.
Joan Tubau — Cardinal