Escribe tu futuro
Escribir es parte esencial del programa Cardinal.
En el complejo proceso de descubrir quién eres.
Oliver Sacks en sus memorias En movimiento.
De niño me llamaban 'inky' (tinta) y todavía hoy me mancho cuando escribo, como hacía hace setenta años. Comencé a llevar un diario encima cuando tenía catorce años y en la última cuenta acumulaba casi mil, de todas las formas y tamaños, desde pequeños de bolsillos, que llevo siempre conmigo, hasta enormes tomos. Tengo una libreta junto a la cama, para apuntar sueños y pensamientos nocturnos, y trato de tenerla en la piscina o en al lago o en la orilla del mar, porque suelo ser productivo, en materia de pensamientos, nadando; debo anotarlos cuando aparecen, especialmente si lo hacen en forma de oración o párrafo completo. Cuando escribí el libro sobre mi pierna rota utilicé en gran medida esos detallados cuadernos. Pero rara vez miro los diarios que he escrito durante la mayor parte de mi vida. El acto de escribir es suficiente en sí mismo, me sirve para aclarar pensamientos y sentimientos. El acto de escribir es una parte integral de mi vida mental. Las ideas emergen, se forman, en el acto de escribir. Mis diarios no van destinados a otras personas, una vez escritos tampoco les presto demasiada atención, pero son una forma especial e indispensable de diálogo conmigo. La necesidad de pensar en papel no se limita a los cuadernos. Se extiende hacia el reverso de sobres, menús de restaurante o cualquier trozo de papel que tenga a mano. A menudo transcribo citas que me llaman la atención, escribiéndolas en trozos de papel de colores brillantes y fijándolas en un tablón de anuncios. Las notas clínicas representan gran parte de estos escritos. Escribí sobre mis pacientes, más de mil notas al año durante muchas décadas, y disfruté haciéndolo; los informes eran largos y detallados, y algunos se leían como novelas. Soy un narrador, para bien y para mal. Sospecho que mi instinto hacia las historias, por la narrativa, es un sentimiento humano universal, en la categoría del lenguaje, la conciencia del yo y la memoria autobiográfica. El acto de escribir, cuando funciona, me regala placer y alegría como ningún otro. Me lleva a otro lugar, independientemente de la temática, un lugar en el que estoy totalmente absorto y ajeno a otros pensamientos, preocupaciones e, incluso, al paso del tiempo. En esos raros estados mentales, celestiales, puedo escribir sin parar hasta no ver el cuaderno. Solo entonces me doy cuenta de que ha llegado la noche y que he estado escribiendo todo el día. A lo largo de mi vida he escrito millones de palabras. Hoy el acto de escribir me sigue pareciendo algo tan fresco y divertido como el primer día, hace ya setenta años.
Programa Cardinal
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El curso empieza el lunes 12 de septiembre. Registro ya abierto.
Programa Cardinal: 3̶9̶9̶€̶ 339€ con el cupón JUN22C8
Programa Cardinal X: 2̶4̶9̶€̶ 209€ con el cupón JUN22X1